Formación para el trabajo y desigualdades de género: una interrogación necesaria
Análisis

Formación para el trabajo y desigualdades de género: una interrogación necesaria

Editorial de Verónica Millenaar, Investigadora Asistente en el CONICET - Programa de Estudios sobre Juventud, Educación y Trabajo (PREJET) - IDES
28/08/2021

Días atrás, una conocida empresa automotriz anunciaba que no podía conseguir 200 personas con secundario completo para incorporar a su fábrica y atribuía el problema a la pérdida del valor del secundario y a la calidad de la formación que allí se imparte.

Por supuesto, la repercusión de estos dichos fue inmediata y rápidamente otras empresas se sumaron a adherir a tales postulados, mientras que un grupo de jóvenes de la zona donde está situada la empresa, organizaba una manifestación para advertir de la falsedad de tales enunciados. En efecto, diferentes académicos señalan que, en rigor, no hay escasez de egresadxs en el país, ni tampoco en esa zona de referencia, e incluso, en una nota reciente, Mariana Sosa postula que el “70% de los jóvenes 18-24 desocupados finalizó el secundario y que, dentro de los que tienen secundario completo, el 44% continúa estudiando en el nivel superior”. No obstante, también se reconoce que quienes se gradúan del secundario son grupos juveniles mayoritariamente de sectores medios y altos, y al mismo tiempo mayoritariamente mujeres.

Entonces ¿no será que la empresa, cuando enuncia su dificultad para conseguir trabajadores, está haciendo referencia únicamente a los varones? Con la enorme repercusión mediática del caso ¿por qué pasó tan desapercibida esta naturalización de una búsqueda laboral que, en sintonía con las características del propio sector de actividad, persiste en una lógica sexista? Además del análisis que puede hacerse sobre la utilización política de los dichos de una empresa, así como la evidencia del desconocimiento general que existe sobre el sistema de formación para el trabajo que desde hace décadas forma a centenares de miles de trabajadores en la Argentina, lo cierto es que el hecho también se constituye en un “analizador” de las desigualdades de género que atraviesan las relaciones entre la educación y el trabajo.

La Educación Técnico-Profesional (ETP) es la modalidad del sistema educativo en donde más crudamente se reproducen estas desigualdades. La matrícula femenina en la educación técnica secundaria no alcanza el 33% y, en algunas especialidades como la mecánica, la electrónica y la construcción el porcentaje desciende mucho más. En el caso de la FP, esto no es muy distinto: el porcentaje de mujeres es mayoritario en algunas especialidades como la textil, la salud, la estética profesional, pero es minoritario en aquellos sectores “típicamente masculinos” como el automotriz (en donde el porcentaje de mujeres es sólo del 3%) (RFIETP-INET, 2021). 

Esta separación tan tajante en la formación para el trabajo de acuerdo al género releva la organización rígida y persistente vinculada a la división sexual del trabajo. Aquella división organizadora en nuestra cultura que asigna determinados destinos laborales a las personas de acuerdo al género, y que se deriva en que los puestos con mayor presencia femenina no casualmente son también los peores pagos y ejercidos en condiciones de mayor precariedad laboral. Preguntarse por el rol de la ETP como dispositivo capaz de revisar, cuestionar e incluso revertir estas desigualdades de género parece ser un interrogante necesario y urgente. A su vez, esas mismas preguntas invitan a conocer con mayor profundidad lo que buscan mujeres y varones cuando deciden formarse para el trabajo, sus motivaciones y expectativas y la manera en que se alojan, en esos dispositivos de formación, las diferentes masculinidades, feminidades e identidades de género disidentes. Porque preguntarse por los mecanismos en que se reproducen las desigualdades de género y sus posibilidades de cuestionamiento, no resultan interrogantes adyacentes sino que apuntan al propio “corazón” constitutivo del rol de la formación para el trabajo como facilitador de la inclusión social y laboral para la diversidad de personas que pasa por sus aulas.

 

Verónica Millenaar

Investigadora Asistente en el CONICET - Programa de Estudios sobre Juventud, Educación
y Trabajo (PREJET) - IDES